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Mostrando las entradas de 2016

Comer Jamón Serrano

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Al vasco este, cuya foto con un jamón serrano en la mano, dentro de un mercado del sur de Caracas abarrotado de productos importados, inundó las redes sociales y los medios de comunicación españoles, es el primer ser humano que me provoca matar de verdad. No me refiero a eso que uno siente cuando casi te atropella un motorizado que circula por la acera o cuando el expendedor de la panadería le vende al que está por delante la última canilla del día, después de hacer una hora de cola. Tienen que haber vivido los últimos años en Venezuela para entender el porqué de este odio visceral que me hace desear que lo cuelguen de los pies para que lo desangren como a los cerdos como cuando hacen morcillas allá en su pueblo natal. Desde que hace 38 años, cuando  Pedro  y  Jose Felix  me llevaron de la mano en mis pininos fotográficos, me doy cuenta ahora, en medio de esta arrechera, que me deslicé, constante, cuesta bajo, en una pendiente que al parecer lleva en ese ángulo desde que Bolívar recorr

Bachaqueros

Igual que un ciego, que por invidente desarrolla sus otros sentidos por supervivencia, vivir con miedo, en Venezuela, afina una especie de sexto sentido que detecta, con notable facilidad, la muy creativa metodología de las bandas delictivas. Ya, con gran precisión, descubrimos cuando abandonan el robo de carros para dedicarse al secuestro express y viceversa, por ejemplo. O lees la mente del motorizado y su parrillero que rozan tu espejo retrovisor y del que sólo te separa una fina película que oscurece los vidrios de tu vehículo. Sin embargo, con la humildad que debemos ostentar todos a los que la naturaleza nos proveyó de superpoderes, admitamos que la figura del bachaquero nos agarró de sorpresa. Así que como, todavía, no somos resistentes a las balas ni a las puñaladas, recomiendo, encarecidamente, no llevar la contraria al señor que se encarga de colear de primeros en la fila de los Bicentenarios a las dos o tres decenas de individuos que se van a llevar los productos de primer

La culpa la tiene el petróleo

Más agotador que ver día a día las fotos de los multisápidos y exquisitos platos de comida que preparan en el exterior mis amigos de Facebook, con tan variados ingredientes, de colores tan vivos y alegres, ha resultado enterarme que la prensa internacional se inunda de informaciones de que la crisis en Venezuela es responsabilidad de la caída de los precios del petróleo. Lo confirman los corresponsales extranjeros, que antaño reían los chistes en Miraflores, ajenos a la realidad, y que ahora se conforman con comer en Mc Donalds, donde la escasez solo te limita el uso de servilletas o el sabor del helado, de vez en cuando.          Culpar a la recién estrenada Asamblea o el multimillonario lobby internacional que nos convirtió en el país más feliz del mundo, pronto quedarán como malos chistes históricos pret a porter, de esos que sirven con cualquier nombre, de cualquier presidente, de cualquier país.            El planeta está inundado de reportajes y fotos, firmados con apellidos